Roland Barthes, en “LO OBVIO Y LO OBTUSO”, dice que…
“la ciencia interpreta la mirada de tres maneras (combinables): en términos de información (la mirada informa), en términos de relación (las miradas se intercambian), en términos de posesión (gracias a la mirada, toco, alcanzo, apreso, soy apresado): tres funciones: óptica, lingüística, háptica. Pero la mirada siempre “busca”: algo, a alguien. Es un signo “inquieto”: singular dinámica para un signo; su fuerza lo desborda.”
Y más adelante:
“Como espacio de significancia, la mirada provoca una sinestesia, una indivisón de los sentidos (fisiológicos), que ponen sus impresiones en común, de manera que (poéticamente) se le puede atribuir a uno lo que a otro pertenece (‘Hay perfumes frescos como sillas de niños’): todos los sentidos pueden así ‘mirar’, y, a la inversa, la mirada puede sentir, escuchar, tocar, etcétera. Goethe: ‘Las manos quieren ver, los ojos quieren acariciar’.”
“la ciencia interpreta la mirada de tres maneras (combinables): en términos de información (la mirada informa), en términos de relación (las miradas se intercambian), en términos de posesión (gracias a la mirada, toco, alcanzo, apreso, soy apresado): tres funciones: óptica, lingüística, háptica. Pero la mirada siempre “busca”: algo, a alguien. Es un signo “inquieto”: singular dinámica para un signo; su fuerza lo desborda.”
Y más adelante:
“Como espacio de significancia, la mirada provoca una sinestesia, una indivisón de los sentidos (fisiológicos), que ponen sus impresiones en común, de manera que (poéticamente) se le puede atribuir a uno lo que a otro pertenece (‘Hay perfumes frescos como sillas de niños’): todos los sentidos pueden así ‘mirar’, y, a la inversa, la mirada puede sentir, escuchar, tocar, etcétera. Goethe: ‘Las manos quieren ver, los ojos quieren acariciar’.”
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