(...) Pese a su admiración por los fenómenos ardientes de la vida, jamás será confundido Eugène Delacroix con esa turba de artistas y de literatos vulgares cuya inteligencia miope se abriga tras la palabra vaga y oscura de realismo.
Y ahora, señor, me permita usted que me cite a mí mismo, pues una paráfrasis no equivaldría a las palabras que escribí antaño, casi bajo el dictado del maestro:
"La naturaleza no es más que un diccionario, repetía frecuentemente. Para comprender bien la extensión del sentido implicado en esta frase, hay que figurarse los corrientes y numerosos usos del diccionario. Buscamos ahí el significado de las palabras, la generación de las palabras, la etimología de las palabras, en fin, extraemos de él todos los elementos que componen una frase o un relato; pero nadie ha considerado jamás el diccionario como una composición, en el sentido poético de la palabra. Los pintores que obedecen a la imaginación buscan en su diccionario los elementos que se acomodan a sus concepciones; y aun, ajustándolos con cierto arte, les dan una fisonomía totalmente nueva. Los que no tienen imaginación copian el diccionario. De lo cual resulta un enorme vicio, el vicio de la trivialidad, que es más particularmente propio de aquellos pintores cuya especialidad está más cerca de la naturaleza llamada inanimada, por ejemplo los paisajistas, que consideran generalmente como un triunfo no demostrar personalidad. A fuerza de contemplar y de copiar, se olvidan de sentir y de pensar..."
Charles Baudelaire
Y ahora, señor, me permita usted que me cite a mí mismo, pues una paráfrasis no equivaldría a las palabras que escribí antaño, casi bajo el dictado del maestro:
"La naturaleza no es más que un diccionario, repetía frecuentemente. Para comprender bien la extensión del sentido implicado en esta frase, hay que figurarse los corrientes y numerosos usos del diccionario. Buscamos ahí el significado de las palabras, la generación de las palabras, la etimología de las palabras, en fin, extraemos de él todos los elementos que componen una frase o un relato; pero nadie ha considerado jamás el diccionario como una composición, en el sentido poético de la palabra. Los pintores que obedecen a la imaginación buscan en su diccionario los elementos que se acomodan a sus concepciones; y aun, ajustándolos con cierto arte, les dan una fisonomía totalmente nueva. Los que no tienen imaginación copian el diccionario. De lo cual resulta un enorme vicio, el vicio de la trivialidad, que es más particularmente propio de aquellos pintores cuya especialidad está más cerca de la naturaleza llamada inanimada, por ejemplo los paisajistas, que consideran generalmente como un triunfo no demostrar personalidad. A fuerza de contemplar y de copiar, se olvidan de sentir y de pensar..."
Charles Baudelaire
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