"Tal vez comprendo lo que usted quiere insinuar con esa comparación,
contesté. Pero ¿no me encuentro yo en una situación muy distinta? Cuando tengo
el arco estirado, llega un momento en que siento que si el disparo no se produce
inmediatamente, no resistiré más a la tensión. ¿Y qué sucede entonces? Me quedo
sin aliento. Y soy yo quien debe disparar, a toda costa, porque no puedo esperar
más.
-"Usted acaba de describir perfectamente bien -respondió el maestro- cuál
es su dificultad. ¿Sabe por qué no puede aguardar que se produzca el disparo y
pierde el aliento?- El tiro justo en el momento justo no acaece porque usted no
sabe desprenderse de sí mismo. Usted no se pone en tensión esperando la consumación,
sino que está a la expectativa de su fracaso. Mientras esto siga así no le
queda más remedio que provocar, usted mismo, un acontecer que debería producirse
en forma independiente, y mientras lo cause usted, la mano no se le abrirá de
la manera adecuada, como la del niño."
“ZEN EN EL ARTE DEL TIRO CON ARCO”
Eugen Herrigel (Bungaku Hakusi)
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